Artrosis de rodilla Gonartrosis
La artrosis de rodilla, también conocida como gonartrosis, es una enfermedad degenerativa de las articulaciones que afecta específicamente a la articulación de la rodilla. Se caracteriza por el desgaste gradual del cartílago que recubre las superficies articulares en la rodilla, lo que puede provocar dolor, inflamación y disminución de la función de la articulación.
La artrosis es una condición crónica que tiende a desarrollarse lentamente con el tiempo, aunque su gravedad puede variar de una persona a otra. Los factores que pueden contribuir al desarrollo de la artrosis de rodilla incluyen la edad, la genética, el desgaste continuo, lesiones previas en la rodilla, la obesidad y la actividad física excesiva.
A medida que el cartílago se desgasta, los huesos pueden rozar entre sí, lo que puede causar dolor, rigidez y reducción de la movilidad en la articulación de la rodilla. La artrosis de rodilla puede afectar la calidad de vida de las personas al limitar su capacidad para realizar actividades diarias y participar en actividades físicas.
El tratamiento de la artrosis de rodilla puede incluir:
- Manejo del dolor: Medicamentos antiinflamatorios, analgésicos y terapias locales para aliviar el dolor y la inflamación.
- Fisioterapia: Ejercicios y terapia física para fortalecer los músculos alrededor de la rodilla y mejorar la movilidad.
- Pérdida de peso: Si es necesario, perder peso puede reducir la carga en las articulaciones de la rodilla y aliviar el dolor.
- Inyecciones de corticosteroides: Pueden ayudar a reducir la inflamación y aliviar el dolor en la articulación.
- Suplementos y terapias complementarias: Algunos pacientes pueden beneficiarse de suplementos como la glucosamina y la condroitina, así como de terapias alternativas como la acupuntura.
- Cirugía: En casos graves en los que otros tratamientos no proporcionan alivio suficiente, la cirugía de reemplazo articular (artroplastia de rodilla) puede ser considerada
Es importante buscar atención médica si se experimenta dolor persistente en la rodilla o síntomas de artrosis. El diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado pueden ayudar a mejorar la calidad de vida y reducir la progresión de la enfermedad.